SOLO UN POCO MAS




El 15 de Mayo se celebra en nuestro país el día del maestro,  quise saber la definición de esta palabra según el diccionario de la real lengua española:

“Persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo.”

Cuando lo leí me pareció bastante simple, muy corta para lo que en la práctica  realmente significa y lo que determina.


Desde el 20 de Noviembre de 2017 cada especialista que vio a Isaac David nos recomendaron escolarizarlo como complemento a su programa terapéutico. A decir verdad no teníamos pensado buscar colegio para él, siempre pensé que la edad ideal para ir a la escuela era entre los tres y cuatro  años, pero como las cosas no son como las planeamos sino como Dios sabe que necesitamos, emprendimos la búsqueda a principios de Diciembre con todos los temores e incertidumbres que implica el decir que nuestro hijo estaba desarrollando un trastorno del desarrollo, la primera postura fue: “Bueno, legalmente no pueden rechazarlo, todos los colegios están obligados a ser inclusivos” “debe ser un colegio con pocos niños en el salón” “¿se ajustara a nuestro presupuesto?” “Debe ser un lugar cerca para que pueda estar pendiente de todos sus movimientos” “¿lo entenderán?”… bueno averiguamos en varios jardines infantiles… recuerdan que antes ya les había dicho que Dios coloca personas en el lugar y momento indicado, esta no fue la excepción… sin imaginarlo al primer jardín que fuimos nos encontramos con la Coordinadora quien  termino siendo amiga de la Jefe de mi esposo y sin saberlo se había estado comunicando con Víctor esa semana para que la ayudara con un trámite de su  hijo de 15 años  con TDAH, claro que ella sabía cómo nos sentíamos y supo que decirnos, nos orientó, alentó y lanzo una expresión que nos retumbo en la cabeza “no escatimen en la educación de sus hijos, Dios proveerá”, salimos de ese lugar con la seguridad que Dios iba delante de nosotros como la columna de fuego en la noche y la nube de día con el pueblo de Israel. En nuestra gran aventura de buscar el “lugar ideal” nos dimos cuenta tristemente como los colegios prefieren la “excelencia académica”, una de estas instituciones nos dijeron desde el comienzo que debíamos contratar una auxiliar adicional o lo que en muchas partes se conoce como sombra, sin ni siquiera saber el grado de autismo que tenía mi hijo, hicieron tanto énfasis en la excelencia académica que nos quedó clarísimo que no era el lugar para Isaac, pues nosotros no necesitamos el hacer, sino el ser.

Un poco desanimados de nuestra búsqueda en el mes de Diciembre, llego un nuevo año y con la confirmación del diagnostico de Autismo en la niñez  fue más grande el desafío, las opciones de un lugar cerca a nuestro hogar se agotaron, mi esposo ya me había hablado de dos jardines que quedaban a 10 minutos de nuestra casa, sin embargo yo insistía en la cercanía de la institución educativa. Sin nada que perder, pero mucho que ganar nos dirigimos a estos lugares donde sentimos que nos abrieron las puertas con mucho gusto, con instalaciones adecuadas y con el ánimo de recibir y apoyar en este proceso a nuestro hijo. Ambos Jardines ofrecían actividades adicionales como música, habilidades físicas e inglés. A falta de uno, Dios nos mostró dos buenas opciones, demostrando una vez más su fidelidad y amor hacia nuestra familia. Pero el factor que hizo que nos inclináramos por uno de los dos fue la asesoría de Psicología y Fonoaudiología.

Llevamos casi  4 meses en este proceso, tenemos grandes expectativas y somos optimistas porque nuestro guía es superior a cualquier diagnóstico, a cualquier adversidad y cualquier tipo de rechazo o exclusión.

 ¿Saben algo? He escuchado como maestr@s ven como un “Chicharron” a niños que llegan a sus salones con algún tipo de Trastorno en el desarrollo y  tratan de huir de estos casos, y no los juzgo, porque no es una labor fácil, no es fácil lidiar con 13 0 15 niños de 2 años y adicional a eso atender un “caso especial”, sin embargo hoy quiero compartir con ustedes la historia de una mujer ejemplar con autismo llamada Temple Grandin, ella dice “No quiero que mis pensamientos mueran conmigo… quiero haber hecho algo… no me interesa el poder, ni amasar montones de dinero.  Quiero dejar algo a la posteridad. Quiero realizar una contribución positiva, saber que mi vida ha tenido un sentido”.  Si!!! Lo dice una persona con autismo y quien fue alentada por una madre que no le puso barreras, quien la obligo a enfrentarse al mundo y la acompaño siempre, pero también a un BUEN MAESTRO, ese que no vio sus falencias, sino sus fortalezas, le enseño que el ser diferente no la hacía inferior, quien aceptó el reto, quien dio un “POCO MAS”, ese “poco más” que muchos no están dispuestos a dar.

Se requiere de mucho amor y paciencia para enseñar, para educar, para entender que un método educativo que funciona para un niño puede no funcionar para otro, hacer énfasis en lo que el niño puede hacer y no en lo que no puede hacer, salir de esa zona de confort y de monotonía, de ofrecer una educación más humana.  Hoy les reto a abrir sus mentes, pero sobre todo a abrir su corazón y entender lo que un niño con autismo necesita de usted y lo infinitamente agradecidos que nosotros como padres estaremos siempre con su buena disposición. Sin Mas Pa’ Alla Y Sin Mas Pa’ Aca.

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